Para bien o para mal, el Viernes Negro está aquí para quedarse. El día de compras más grande del año, que se celebra el día después de Acción de Gracias, se ha convertido en una fuente de controversia en los últimos años, donde se enfrentan el frenesí por las compras contra los ideales de los valores familiares y la responsabilidad del consumidor. Mientras que algunos critican la agresividad con la que los compradores atacan las ventas en los grandes almacenes en todo el país, otros aplauden a las empresas por los enormes descuentos, que a menudo hacen que la Navidad sea un poco más fácil para bolsillo. Sin embargo el controvertido Viernes Negro, el fenómeno de las compras que se da una vez al año, asegura que no irá a ninguna parte en el corto plazo.
¿De dónde vino el Viernes Negro y cómo consiguió su nombre?
Mientras que el Viernes Negro parece haberse convertido en un término moderno, usado para describir el evento en el que millones de consumidores acuden a centros comerciales, el apodo notorio para el día después de Acción de Gracias tiene raíces mucho más profundas en la historia de lo que uno podría pensar. El uso más antiguo conocido del término Viernes Negro se deriva de la década de 1950 cuando montones de trabajadores comenzaron a reportarse enfermos el viernes después de Acción de Gracias, convirtiendo la fiesta en un fin de semana de cuatro días. Conforme transcurrieron los años, los empleadores podían casi garantizar que la mayoría de sus empleados se reportarían con síntomas similares a la peste, que parecían aparecer de la nada, lo que hacia que la mayoría de sus trabajadores estuvieran demasiado enfermos para ir a trabajar ese día. El fenómeno se extendió tanto que muchas empresas optaron por ceder y permitir que sus empleados tuvieran un día libre extra en lugar de estar molestos por la baja producción y aún más por la baja asistencia.
Los oficiales de policía de la década de 1960 comenzaron a usar el término para describir tanto el viernes y sábado después de Acción de Gracias, que eran los dos días con más tráfico peatonal y de automóviles alrededor de las ciudades, mucho más que el que había durante todo el año. Las grandes cantidades de personas, que recibían vacaciones pagadas tanto en jueves como en viernes, comenzaron a aglomerar plazas para empezar sus compras de Navidad, lo que resultó en el inicio de la tradición del Viernes Negro.
Versiones más modernas dan a conocer los orígenes del Viernes Negro con contadores que veían ganancias saltar fuera de la zona roja durante la temporada de vacaciones, cuando los consumidores estaban gastando más y más dinero. El día después de Acción de Gracias, que históricamente marcó el comienzo de las compras de Navidad, fue el día en que las ganancias se disparaban, haciendo que los empleados, los propietarios de tiendas y sus contadores utilizaran tinta de color negro, en lugar de permanecer “en rojo.” Para aprovechar al máximo de la afluencia adicional de consumidores, las empresas comenzaron a ofrecer grandes descuentos y promocionar grandes ventas, lo que atraía a los compradores en busca de rebajas.
Independientemente de quién acuñó el término o la forma en que entró en el juego, el Viernes Negro se ha convertido en sinónimo de ventas increíbles y precios sin competencia alrededor de los Estados Unidos. Es por eso que miles de personas salen de sus hogares para un día loco de caos comercial, ya que de otra manera preferirían quedarse en casa. Este evento de ventas una vez al año se ha vuelto tan grande que otros giros de negocios se han unido en la acción de la creación del sábado de las pequeñas empresas y el Cyber Lunes con el fin de entrar con su parte en la locura de las compras.
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