Cuando visitas Puerto Vallarta, es difícil pasar por alto la naturaleza artística que fluye en el ambiente de cada pulgada de la pintoresca ciudad. De un extremo a otro de la majestuosa Bahía de Banderas, puedes encontrar una serie de ostentosas galerías de arte y pequeños talleres que ofrecen una amplia gama de pinturas que van desde lo más clásico hasta las más exquisitas artesanías hechas a mano, demostrando el pletórico talento y la dedicación artística del pueblo de Puerto Vallarta.
En Garza Blanca Preserve Resort & Spa a todos nuestros huéspedes a que conozcan el malecón, un hermoso paseo marítimo que bordea el corazón de la ciudad; en este lugar, los mejores talentos y su cultura artística se pueden apreciar a través de la exhibición de las bellas esculturas que engalanan la zona del centro. Visitantes de todos lados caminan por el malecón para disfrutar del alegre ambiente, mientras aprovechan para tomar algunas fotos de sus obras de arte, pero pocos se toman el tiempo para conocer sus antecedentes y la historia que hace de su presencia en Vallarta algo tan importante.
Algunos pueden aprovechar la oportunidad de formar parte de la visita gratuita a las esculturas, un tour guiado por Gary Thompson y que da comienzo en la parte norte del malecón con la estatua Los Milenios, a un costado del Hotel Rosita. Este tour tiene lugar todos los martes a partir de las 9:30 de la mañana, durante la temporada alta. La información y todos los datos interesantes que conocerás a lo largo del camino hacen que éste sea un recorrido lleno de entretenimiento, pero para aquellos que por cualquier motivo no puedan tomarlo, aquí les presentamos la primera parte de nuestra guía de dos capítulos que te llevará a través de cada una de las emblemáticas esculturas de Puerto Vallarta, iniciando desde el extremo norte del malecón y en dirección sur hacia el Río Cuale.
“Los Milenios” por Mathis Lidice (2001)
Decorando el inicio del malecón encontrarás una magnífica escultura espiral ascendente que representa la fuerza de la vida, la evolución, el desarrollo y el tiempo de la humanidad. Los Milenios es una escultura de bronce de gran tamaño que señala el amanecer del nuevo milenio; se encuentra ubicada en el mismo sitio en el que los pescadores alguna vez descargaron su mercancía, mucho tiempo antes de Puerto Vallarta fuera el pujante destino turístico que es ahora. Inaugurada el 31 de octubre del 2001, esta impresionante obra de arte simboliza el paso del tiempo a través de una serie de individuos que se extienden para alcanzar el futuro.
Comenzando desde su base, uno puede apreciar las olas dadoras de vida que revientan desde el mar. Siguiendo la espiral ascendente, encontramos una cadena de ADN y varios elementos que representan el proceso de la evolución, además de la presencia de Cristo, figura trascendental a través de los siglos. El guerrero Carlomagno, quien alguna vez fuera gobernante de los franceses durante los siglos VIII y IX guarda la primera parte de la escultura, éste se ve representado envuelto en llamas, enfatizando la violencia que marcó esos 1,000 años. Continuando por la espiral encontramos a Nezahualcóyotl, el rey poeta que simbolizaba la sabiduría del siglo XV con los dos objetos que sostiene entre sus manos: la bomba atómica y la luna. Estos símbolos no sólo representan dos de los descubrimientos más importantes del milenio, sino que también son símbolo de los eventos que provocaron una destrucción sin precedentes.
La tercera y última parte de Los Milenios, está representada por una mujer que tiende su mano para alcanzar una paloma, símbolo de la paz que ha eludido a la humanidad. Este deseo para el futuro está situado sobre una base redonda, diseñada en honor a la ciudad mesoamericana de Teuchitlán, Jalisco, sede de las misteriosas pirámides redondas.
“Origen y Destino”, de Pedro Tello (2011)
Más recientemente, Origen y Destino se incorporaron a la colección de esculturas en el malecón, esta proporciona una perspectiva única y novedosa al concepto del tiempo. Esta obra originalmente estaba formada por ocho diferentes piezas, de las cuales sólo cinco han sido colocadas en el malecón de Puerto Vallarta.
Hay una lancha, que simboliza el deseo de la humanidad por alcanzar nuevos horizontes; una quimera, que representa el lento reemplazo de la fuerza de trabajo de los animales por las máquinas, una rueda, símbolo de los avances de la humanidad en las áreas de la tecnología y la ciencia, una ballena que nos recuerda los mares de la tecnología y el viaje de la humanidad a través de las aguas del conocimiento, que frecuentemente tiene como resultados los grandes avances que conocemos, y finalmente un obelisco, marcando la espiritualidad de la humanidad.
“Nostalgia” por Ramiz Barquet (1984)
El escultor Ramiz Barquet nos expresa que el verdadero amor es capaz de superar la inclemente prueba del tiempo. A través de esta romántica escultura, Barquet representa a un hombre y una mujer, sentados lado a lado con la mirada perdida en la ciudad, así como él y su esposa solían hacerlo.
Después de varios intentos, estos dos enamorados finalmente encontraron el amor verdadero en las calles de esta mágica ciudad. Simbolizando el efecto que Puerto Vallarta tiene sobre todos los que nos visitan, Nostalgia es un cálido recordatorio del valor que debemos dar a la belleza en nuestras vidas, tanto la que nos rodea, como la belleza interior de nuestras relaciones amorosas.
“El Sutil Comepiedras” por Jonás Gutiérrez (2006)
Esta controversial pieza de 7,5 pies de altura, cuenta con varias vertientes por las reacciones de amor y rechazo que provoca la obra de Gutiérrez. La figura de bronce y obsidiana nos recuerda a un payaso, por la serie de bordes en las formas irregulares con los que cuenta. Este personaje, que aparenta estar comiendo piedras, simboliza la manera en la que nosotros, como seres humanos con frecuencia nos dedicamos a consumir la negatividad de nuestro entorno. La combinación de roca y el metal la destacan por sobre todas las esculturas que puedes encontrar en el Malecón de una manera única y misteriosa.
“Unicornio de la buena fortuna” de Aníbal Riebeling (2011)
Photocredit: Eric Gasca
Con sus casi 10 pies de alto y 4 pies de ancho, el Unicornio de la buena fortuna es un recordatorio cotidiano de la suerte que tienen todos aquellos que habitan esta hermosa ciudad. Según una antigua leyenda, cualquier persona que contara con un unicornio entre sus posesiones encontraría la buena fortuna.
Por esta razón, el pueblo de Puerto Vallarta ha sido provisto de este precioso don desde el momento de la inauguración de la obra de Riebeling en enero del 2011.
Busca la segunda parte de esta Guía de Esculturas en el boletín del próximo mes, y continúa tu recorrido cultural a través del malecón de Puerto Vallarta.
